SISMOS


El surgimiento de la IA en la predicción y el monitoreo de terremotos basados en satélites


El artículo destaca que la IA se está convirtiendo en una herramienta clave para procesar grandes cantidades de datos satelitales y detectar patrones en los datos sísmicos.
El artículo también menciona cómo los científicos están utilizando modelos de aprendizaje automático para predecir cuándo y dónde se producirán terremotos, lo que podría ayudar a salvar vidas y prevenir daños en el futuro. Además, la IA también se utiliza para monitorear la actividad sísmica en tiempo real y proporcionar alertas tempranas a las personas que se encuentran en áreas de riesgo.
El artículo destaca la importancia de la tecnología satelital en la predicción y el monitoreo de terremotos, ya que estos sistemas pueden proporcionar una visión más amplia y detallada de la actividad sísmica en todo el mundo. En general, el artículo muestra cómo la IA está cambiando la forma en que entendemos y prevenimos los desastres naturales, lo que podría tener un impacto significativo en la seguridad y el bienestar de las personas en todo el mundo.

Un sismo sacude Ciudad de México sin que se activara la alerta sísmica

Se ha sentido un sismo de 3.0 grados en Ciudad de México, pero las alertas sísmicas no se activaron porque la estimación de energía en los primeros segundos no superó los niveles preestablecidos. No se reportaron incidentes ni daños a raíz del movimiento. Las autoridades han recordado que las alertas sísmicas no se activan cuando el epicentro está dentro de la Ciudad de México y que solo se activan en sismos de 5.5 grados o más. Aunque algunas personas sintieron el sismo, se debe a que el epicentro fue en la propia ciudad. Se ha mantenido un monitoreo y sobrevuelo de la capital, y no se han registrado daños ni heridos. Algunos ciudadanos desalojaron sus hogares por precaución, a pesar de que no se activaron las alertas.

País, E., & País, E. (2023, May 11). Un sismo sacude Ciudad de México sin que se activara la alerta sísmica. El País México. https://elpais.com/mexico/2023-05-11/un-sismo-sacude-ciudad-de-mexico-sin-que-se-activara-la-alerta-sismica.html

¿Por qué el cinturón de fuego es la zona que registra mayor número de terremotos en el mundo?


El Cinturón de Fuego del Pacífico es la zona sísmica y volcánica más activa del mundo, donde se produce el 90% de los terremotos. Es conocido por sus características únicas que lo hacen altamente activo, como las zonas de subducción donde las placas tectónicas se hunden unas bajo otras, provocando terremotos, montañas y volcanes.

El Cinturón de Fuego del Pacífico tiene el mayor número de terremotos debido a su ubicación en las zonas de subducción. Cuando dos placas tectónicas se encuentran, la más pesada se hunde debajo del borde de la otra, formando trincheras, montañas y volcanes, y provocando terremotos. El Anillo de Fuego abarca varias placas tectónicas, algunas de las cuales se subducen bajo placas continentales.

El Anillo de Fuego es una línea de 40.250 kilómetros que va desde la costa de América del Sur hasta Nueva Zelanda, pasando por la costa oeste de América del Norte, el Estrecho de Bering y Japón. Abarca principalmente 15 países, incluidos Japón, Indonesia, Filipinas, Estados Unidos, México, Guatemala, Chile, Perú y Rusia.

Sepúlveda, A. (2023, April 19). ¿Por qué el cinturón de fuego es la zona que registra mayor número de terremotos en el mundo? El Universal. https://www.eluniversal.com.mx/tendencias/por-que-el-cinturon-de-fuego-es-la-zona-que-registra-mayor-numero-de-terremotos-en-el-mundo/

Sismo de 5.1 grados en México


Un Sismo de 5.1 grados con epicentro al noreste de Tecpan, Guerrero, se percibió la noche de este martes 18 de abril, de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional. El movimiento telúrico ocurrió horas antes del macro simulacro que se realizará en el país.A pesar de que en Guerrero, la Ciudad de México y otras entidades del país sí se sintió el movimiento, el Sistema de Alerta Sísmica informó que no se ameritó el sonido de los parlantes en una primera instancia, además, la magnitud bajó de los 5.8 a los 5.1 grados de acuerdo con información del Sismológico.

El Sistema de Alerta Sísmica explicó que el sismo de la noche de este martes sí activó alrededor de 13 sensores; sin embargo, no ameritó el sonido de los parlantes debido a que en sus primeros segundos no superó los niveles de activación

https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/2023/04/18/sismo-58-grados-mexico-hoy-18-abril-2023-guerrero-alerta-sismica-no-sono/


Sismos en Hidalgo: durante 2023 ha temblado 30 veces en municipios de la entidad

 

Este 19 de abril se llevó a cabo el Macro Simulacro, en el que Hidalgo participó y se desalojó oficinas, Congreso y escuelas para realizar el ejercicio en caso de sismo. Y es que en la entidad ya se han registrado 30 movimientos en lo que va de este año.

Aunque cabe mencionar que en los municipios donde se ha tenido epicentro, los sismos no han sido mayores a 3.8 grados, todos en tres municipios pertenecientes al Valle del Mezquital, todos y todas debemos estar prevenidos y saber qué hacer ante una situación así.

De acuerdo con información del Servicio Sismológico Nacional (SSN), durante enero, febrero, marzo y lo que va de abril se han registrado 30 temblores en el territorio hidalguense en Actopan, Progreso de Obregón y Mixquiahuala.

Progreso de Obregón es el municipio que mayor registro de sismo tiene pues ha tenido 20 movimientos telúricos, mientras que Actopan registra ocho, y Mixquiahuala, solo dos; la mayoría de ellos han sido imperceptibles.

Los meses de febrero y marzo tuvieron la mayor actividad, con diez sismos cada uno; en lo que va de abril se han reportado seis, mientras que en todo enero fueron solo cuatro.

Respecto a las magnitudes, las tres más altas se suscitaron en Actopan: la mayor fue el 27 de febrero, con 3,8 grados y una profundidad de 7,9 kilómetros; el sismo ocurrió a las 8:33 horas.

Referencia : https://www.milenio.com/politica/comunidad/sismos-hidalgo-2023-registrado-30-temblores



“Cómo fue el gran terremoto de Turquía de 1999 (y por qué el país “no aprendió la lección” de esa catástrofe)”

Murieron más de 17.000 personas y los daños se calcularon en US$23.000 millones

Ocurrió a las 3 de la mañana, cuando la población estaba durmiendo, lo que sumó víctimas al desastre. Su magnitud fue de 7,6 y el epicentro estuvo situado a poca profundidad en una zona muy poblada.

Entre el gran terremoto de Izmit del 17 de agosto de 1999 y el sismo doble que devastó el sureste de Turquía y el noreste de Siria la semana pasada hay muchas similitudes.

que no esperaban muchos turcos es que, 24 años después, la escalada de devastación de un nuevo terremoto lograra empequeñecer el que hasta ahora había sido el gran trauma nacional.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-64643539



Ola de frío ártico: qué son los criosismos o sismos de hielo que se reportan durante el vórtice polar en EE.UU.

1 febrero 2019

En los terremotos se mueven las placas tectónicas de la tierra, a kilómetros de profundidad, mientras que los sismos de hielo son mucho más superficiales.

"No son muy fuertes, por lo general no causan mucho movimiento y solo se pueden a una distancia de unos 100 metros (como si uno escuchara un camión que pasa cerca a la casa)", dijo el geólogo.

Cuando llueve o nieva en algún lugar, grandes cantidades de humedad se depositan en el subsuelo. Un descenso drástico de la temperatura hace que esta humedad se convierta en hielo y se expanda (debido a que, al ser menos denso que el agua líquida, ocupa más espacio).

"Una vez que la presión es demasiado fuerte, se libera violentamente, se fractura la superficie y se produce un fuerte ruido cerca a la rotura" , señalan Battaglia y Shannon.

Fuente: Ola de frío ártico: qué son los criosismos o sismos de hielo que se reportan durante el vórtice polar en EE.UU.: BBC News: https://www.bbc.com/mundo/noticias-47095411 Consultado: 10/ 19/02



UNA VEZ MÁS: LOS SISMOS NO SE PUEDEN PREDECIR.-UNAM


El Servicio Sismológico Nacional sale a desmentir rumores y cadenas que circulan en WhatsApp que advierten que el intenso calor que se vive en la Ciudad de México provocará un movimiento telúrico en el Valle de México

¿Estás harto del calor que azota los últimos días en la Ciudad de México? ¿Te llegó una cadena de WhatsApp en la que se dice que esto es indicio de que va a temblar en los próximos días?
No caigas en la paranoia y la desinformación, la UNAM explicó nuevamente y de manera reiterada que es imposible determinar o predecir un sismo en cualquier parte del mundo.
“Cualquier rumor o noticia de que se aproxima un temblor es eso: un simple rumor. Vivimos en un país altamente sísmico, pero no debemos hacer caso de personas que, con mala intención, están difundiendo noticias falsas. Actualmente, la ciencia no puede determinar la ocurrencia de ningún movimiento telúrico”, expresa el Servicio Sismológico Nacional en un comunicado de prensa.
En entrevista para Reporte Indigo en septiembre pasado Xyoli Pérez Campos, jefa del Sismológico Nacional, explicó que no está temblando más que en otros años, simplemente hay mayor registro de lo que ocurre en las placas tectónicas.
“No está temblando más que antes, si uno hace la estadística nuevamente de sismos, –magnitudes arriba de 4.5 o de 5 que sería lo justo para analizar– como era en el pasado a como es ahora, esto porque la red en el pasado tenía muy pocas estaciones entonces sólo eran los sismos de magnitudes moderadas a grandes lo que se podía ver, vemos que el número es aproximadamente constante”, reveló.
Hoy el director de la aplicación SkyAlert, Álvaro Velasco explicó que el municipio de Atlacomulco, en el Estado de México, es propenso a ser el epicentro de un fuerte sismo que afectaría al poniente de la Ciudad de México, sin embargo esto no quiere decir que sea una predicción exacta a ocurrir en determinado momento.




Sismos y vulcanismo en México

A través de estudios sobre geología y tectónica regional, particularmente de arcos magmáticos cenozoicos, el doctor Luca Ferrari Pedraglio, investigador titular del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dio a conocer la importancia del conocimiento del movimiento y evolución de las placas tectónicas, así como la relación de estas con la sismicidad y vulcanismo en México y el mundo.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el investigador destacó que la tectónica de placas es la teoría de capa sobre capa utilizada actualmente por la mayoría de los especialistas en ciencias de la Tierra para describir y entender los movimientos dentro de la litósfera —la capa más externa de la Tierra sólida—, movimientos que explican los sismos, formación de volcanes y sus erupciones.
“Los movimientos de las placas tectónicas representan una liberación de energía de la Tierra y se perciben principalmente por dos maneras: sismos y vulcanismo, donde sabemos que los terremotos se dan en los límites de placas, estas convergen, divergen o se mueven una con respecto a la otra lateralmente, de la misma forma que tales movimientos en el vulcanismo provocan la fusión parcial de las rocas en el interior de la Tierra, particularmente en el manto superior”, explicó.
Con estos fenómenos, una parte de la energía acumulada en la corteza terrestre se libera en forma de calor y otra en ondas sísmicas, y es comparable con la cantidad de energía que se desprende durante una explosión nuclear o por la energía liberada por la detonación de dinamita.
Sismos y vulcanismo han marcado el territorio mexicano durante su historia y el especialista ha propuesto modelos que explican la evolución tectónica de México de los últimos ochenta o cien millones de años, tiempo que para los geólogos es relativamente corto.
Tal es el caso del modelo de origen de la Sierra Madre Occidental, el cual es el resultado del magma cretácico-cenozoico y de episodios tectónicos relacionados con la subducción de la placa Farallón —una placa que existía entre la placa del Pacífico y la Norteamericana hace sesenta millones de años aproximadamente.




Columna de Sismología: Especial del terremoto más grande de todos. Hoy, el Riñihuazo

En mayo se cumplen 58 años del terremoto más grande jamás registrado instrumentalmente: el de 1960 en el sur de Chile. En el capítulo final de esta serie hablaremos de una epopeya en la cordillera, el Riñihuazo.
El suelo de la zona sur de Chile se estuvo moviendo por más de 10 minutos aquel trágico 22 de mayo de 1960, cuando ocurrió el terremoto más grande jamás medido por instrumentos humanos. Un evento de tal tamaño, que el tsunami producido por el terminó matando gente en Hawaii. De hecho, fue después de él que se gestó una iniciativa para monitorear tsunamis en todo el mundo, el mismo que usamos hasta el día de hoy. En Chile, el sur sufrió muchísimo: ciudades quedaron gravemente dañadas por el terremoto y posterior maremoto. Muchos murieron, y más quedaron damnificados. La reconstrucción sería larga y dolorosa, pese a la ayuda internacional. Valdivia fue una de las ciudades más afectadas, y perdió gran parte de su industria y poder económico. Se configuró así un desastre.
Pero aún quedaba una amenaza más para Valdivia, una que se iniciaba en la cordillera. Tras el megaterremoto, tres derrumbes se generaron cerca del volcán Mocho-Choshuenco, tapando el cauce del río San Pedro. La ubicación de estos “tacos” se ve aquí, en esta figura hecha por Cristian Araya para la Sociedad Geológica de Chile.
Columna de sismología: Especial del terremoto más grande de todos. Hoy, la caída del sur de Chile.22 MAY 2018
 Columna de sismología: Especial del terremoto más grande de todos. Hoy, La respuesta de la cordillera15 MAY 2018
Grandes derrumbes, ¿cierto? El problema es que el río cuyo cauce fue embalsado era la salida natural del lago Riñihue, por lo que el nivel del agua comenzó a subir rápidamente, sobre todo por las lluvias típicas de fines de mayo y principios de junio. Además, el San Pedro es un afluente del río Calle-Calle, que llega a Valdivia. Por lo mismo, el peor escenario era un rebalse del Riñihue, que iría destruyendo cada uno de estos tranques naturales formados después del terremoto, transportando una gran aluvión aguas abajo, lo que seguramente afectaría nuevamente a Valdivia con inundaciones potentes y los restos de un aluvión. Como fuese, era un mal panorama. Pero no era uno desconocido.
Como saben, en Chile sufrimos grandes terremotos. No es novedad que nos toquen sismos de magnitud mayor a 8. Y como también sabemos, en Chile parece haber distintas zonas que generan terremotos. La zona sur de Chile, desde Lebu hasta Aysén, es una de ellas. Antes del terremoto de 1960 hay registros de otros tres grandes terremotos, ocurridos en 1575, 1737, y 1837. En este caso, el que más se parece el megaterremoto de 1960 parece ser el de 1575. Los relatos de los españoles de la época hablan de una tremenda destrucción generada por un terremoto de larga duración, con un tsunami que arrasó con la zona costera de Valdivia, y que fue seguido del derrumbe de cerros en la salida del lago Riñihue, provocando un aumento en su nivel. Esa vez el resultado fue un tremendo aluvión que afectó mucho a la región, que no tenía la importante densidad poblacional que existe en la actualidad. Pero el aluvión y la inundación generada sobre el río Calle-Calle devastó el fuerte de Valdivia, que alojaba a los españoles en aquella época. Mismo fuerte que ya había sufrido profundos daños durante el terremoto de 1575. Fue una tragedia, en la que muchos perdieron su vida.
Cuentan los relatos que, a fines de mayo de 1960, los vecinos de la zona rápidamente se pusieron a pensar cómo podrían evitar el desastre que podría generar si el lago se rebalsaba. Quienes tenían máquinas se movilizaron, pero en un sur donde el invierno es lluvioso, quedaron rápidamente metidas en el barro. No quedaba otra alternativa salvo usar las palas, y la coordinación de muchas personas. Esto llevó a un gran despliegue de quienes vivían allí, así como el ejército, bomberos, carabineros, y expertos ingenieros de la época, sin importarles las condiciones climáticas. Al existir tres tacos generados por los derrumbes, hubo que generar canales pequeños en cada uno para ayudar al desagüe del lago y evitar que su nivel creciera. El último taco era enorme, de unos dos kilómetros de largo por un kilómetro de ancho, por lo que el trabajo era muy difícil. Dada la gran cantidad de lluvia caída, hacia fines de junio se estimaba que el nivel del agua había subido en más de 10 metros, y se veía cómo el pueblo de Riñihue, localizado en la costa del lago homónimo, estaba completamente inundado. En Valdivia las noticias de un potencial aluvión tuvieron a muchos en vilo, e hicieron mucho más difícil el proceso de recuperación de las personas tras el megaterremoto del 22 de mayo.
Tras dos meses de trabajos, llegó el momento de abrir aún más los canales para poder desaguar el lago Riñihue de modo controlado. Grandes masas de agua bajaron desde el lago e inundaron las zonas bajas de Valdivia, convirtiéndola en una pequeña Venecia por unos días, como se ve en la foto de más abajo, de Osvaldo Lamas. Sin embargo, todos estaban advertidos sobre lo que podía ocurrir, y la cantidad de agua que bajó fue mucho menor de la que podría haber llegado súbitamente en caso de un desborde del lago. Valdivia se salvó, y se evitó un desastre mayor.
Toda esta epopeya es conocida como el “Riñihuazo”. Fue un ejemplo de resiliencia, y de la organización en la respuesta de parte de toda una sociedad. Una en la que Chile realmente se unió, y se trabajó por meses en pos de un objetivo en común, que era evitar un mayor sufrimiento de aquellos que ya la estaban pasando mal. Es una historia que no debemos olvidar, y que nos puede servir para recordar que, cuando estamos todos unidos, podemos hacer grandes cosas.




Biólogos canadienses alumbran la sismología celular

Han usado técnicas sismológicas para cartografiar el dinamismo interno de una célula
Biólogos canadienses han usado una técnica sismológica para cartografiar por primera vez la elasticidad del interior de una célula a escala de milisegundos. Esta proeza tecnológica abre nuevas vías a la comprensión del impacto que tienen estas fuerzas mecánicas en las enfermedades y los tratamientos médicos. La sismología celular ha nacido.
Investigadores canadienses se han valido de una tecnología usada por los sismólogos para definir las propiedades mecánicas de las células. De la misma forma que los sismólogos utilizan las vibraciones de los movimientos de tierra para determinar la estructura profunda del planeta, los biólogos se han valido de las vibraciones que ocurren en el interior de las células para cartografiar a escala de milisegundos la elasticidad de los componentes que tienen en su interior.
De esta forma, han abierto una nueva perspectiva al estudio de la dinámica de los movimientos que tienen lugar en el interior de las células y a la comprensión del impacto que tienen estas fuerzas mecánicas en las enfermedades y los tratamientos médicos.
La nueva disciplina ideada por estos científicos se llama sismología celular y abre un nuevo campo de investigación dentro de la mecanobiología celular, una ciencia multidisciplinar que se ocupa del comportamiento de las células cuando son sometidas a cargas mecánicas y las diversas respuestas y mecanismos de transducción que llevan a cabo.
La nueva técnica ideada por los investigadores de la Universidad de Montreal se enmarca dentro de la mecanobiología celular. Se llama  “elastografía del temblor celular” y se presenta en un artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Usando un microscopio estándar, micropipetas (instrumentos de laboratorio que se usan para succionar y transferir pequeños volúmenes de líquidos) y una cámara fotográfica de alta velocidad, los investigadores han podido observar en directo los movimientos y fuerzas que se desarrollan en el interior de los óvulos de un ratón.




¿Por qué México es pasto de los terremotos?

La geodinámica de la zona y la ubicación de la capital mexicana explican la repetición e intensidad de los sismos

Los fatalistas dirían que México, y Ciudad de México en particular, están en mal sitio. Desde un punto de vista geológico casi hay que darles la razón. Casi todo el territorio mexicano se encuentra en el borde de una de las placas de la corteza terrestre bajo las que se está desplazando otra, lo que provoca la alta sismicidad de la región. La intensidad con la que los terremotos, él último producido ayer, castigan la capital mexicana se debe más a factores locales.
¿Por qué se producen tantos terremotos en México?
Desde el devastador terremoto de 1985, en el que murieron al menos 10.000 personas, México ha sufrido una decena de sismos de una magnitud igual a superior a la del sucedido este martes. Salvo uno desatado en Baja California (en el noreste del país) en 2010, todos se han producido en la franja suroeste y central, en estados como Michoacán, Guerrero u Oaxaca. La razón de tal concentración hay que buscarla en el movimiento de las placas en las que está cuarteada la corteza terrestre
La mayor parte de México está sobre el extremo suroeste de la placa norteamericana. Aquí, se encuentra con la placa de Cocos, sobre la que descansa el océano Pacífico que baña las costas occidentales de América Central. Esta placa se está metiendo debajo de la norteamericana y es esta subducción la que genera la tensión que, cada cierto tiempo, se libera en forma de terremotos. Este encontronazo entre placas es también la causa de la gran concentración de volcanes en la región conocida como el Arco Volcánico Centroamericano.
"No hay una conexión directa entre los últimos dos terremotos"
"La placa de subducción, al meterse debajo, se atasca acumulando tensión", explica el profesor José J. Martínez Díaz, experto en geodinámica planetaria de la Facultad de Ciencias Geológicas de la Universidad Complutense de Madrid. "Al desatascarse, se produce el terremoto", añade.


Resuelto el misterio de por qué la Torre de Pisa no se cae

Ningún ingeniero ni arquitecto ha respondido alguna vez a la pregunta de cómo es posible que una torre tan inclinada no se haya caido, sobre todo cuando la región donde se encuentra ha sufrido varios grandes terremotos en los 500 años que han pasado desde que se construyó.
Una investigación liderada por investigadores de la Universidad de Bristol (Reino Unido) y presentada en la 16º Conferencia Europea de Ingeniería de Terremotos, ha propuesto una posible explicación.
Después de estudiar datos sísmicos, geotécnicos y estructurales, han concluido que lo que mantiene erguida a la Torre de Pisa es un proceso conocido como interacción dinámica suelo-estructura (DSSI en inglés), y que describe la relación entre cimientos y suelos cuando hay movimientos en el terreno.
Referencias: www.abc.es

Las claves del sismo en México

Aunque el terremoto, con epicentro en la costa de Oaxaca, ha superado los siete grados, no hay constancia de víctimas mortales ni heridos.

Un potente sismo de 7,2 grados sacudió el 9 de febrero el centro y sur de México. El terremoto, que se ha sentido con fuerza en la Ciudad de México, ha tenido su epicentro al sur de Pinotepa Nacional (costa de Oaxaca), una zona especialmente sísmica. Dos especialistas responden a las preguntas de EL PAÍS horas después del temblor:
“Hay un gran margen de mejora en la supervisión de las construcciones en México”
Un fuerte terremoto sacude México y revive el pánico
¿Por qué los daños han sido menores que en ocasiones anteriores? Hay muchas variables que afectan, pero los sismólogos consultados llaman a la prudencia hasta que lleguen reportes certeros desde la zona más afectada, de muy difícil acceso. "Los daños son menores porque el tipo es distinto del del 19 de septiembre, por ejemplo: en aquella ocasión fue muy energético en altas frecuencias, las que afectan a edificios de alturas medias. Esta vez, el rango de frecuencia ha sido menor", apunta Miguel Ángel Santoyo, del Instituto de Geofísica en Michoacán. Respecto al del pasado 7 de septiembre, la potencia ha sido "hasta 32 veces menor". La distancia a la capital -400 kilómetros- también ha atenuado el impacto, rebajado la frecuencia de las ondas y permitido que las alarmas sísmicas avisaran del terremoto hasta con un minuto de anticipación. "Además, en esa zona hay muchos sensores de detección", añade Víctor Cruz, sismólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). "Un sismo de magnitud 7,2 a esa distancia de la Ciudad de México está por debajo del umbral de peligrosidad, aunque en esta ocasión los riesgos eran superiores porque cientos de estructuras están potenciales dañadas".
¿A qué profundidad se ha producido? Unos 12 kilómetros bajo tierra, una cifra "relativamente normal en la zona en la que ha tenido origen", valora Santoyo.
¿Por qué tres sismos potentes en cinco meses? "Cuando ocurre un sismo muy grande es común que, posteriormente, aumente la sismicidad", dice Santoyo. Dos factores lo explican: las réplicas posteriores al sismo y los cambios en el sistema de esfuerzos. "No es raro que una vez que ocurre un terremoto potente ocurran más", añade el sismólogo del Instituto de Geofísica.
¿Tiene algo que ver con el terremoto del 19 de septiembre? "No", subrayan al unísono Santoyo y Cruz. "En aquella ocasión ocurrió dentro de la placa de cocos y esta vez ha sido de subducción [entre dos placas, la de cocos y la de Norteamérica]", agrega el primero. "En cambio, sí es probable que tenga que ver con el de 2012 en Ometepec (Guerrero) que fue, además, de una magnitud muy similar". "Eventualmente sí podría estar vinculado a ese sismo, aunque aún no tenemos todos los datos", apunta Cruz.
¿Cabe esperar más réplicas? Sí, "aunque la ley sismológica dice que su potencia decrece con el tiempo", dice Cruz. "En 1982 se produjeron dos terremotos de, más de seis grados el primero y de siete el segundo, muy cerca de esa zona. Y las réplicas fueron muchas". Según su experiencia, si por algo se distinguen este tipo de terremotos es por una "cantidad desmesurada" de réplicas.
¿Cada cuánto tiempo se repite un terremoto de siete grados o más en México? Estadísticamente, cada entre tres y cinco años, subraya Santoyo. Pero esta cifra varía: no es una ley matemática y la recurrencia cambia drásticamente.
¿Es una zona muy sísmica la del epicentro? Sí, la costa del Pacífico mexicano, en el tramo de Jalisco a Chiapas, es una de las regiones del país norteamericano en las que es más común que se produzcan terremotos. "En Chiapas, por ejemplo, ha estado temblando desde el sismo del 7 de septiembre", añade Santoyo.
¿Está preparada la costa de Oaxaca para una sacudida así? No. "La zona de Pinotepa no está especialmente preparada. La mayoría de viviendas, de adobe, no son sismoresistentes. Aún hay que esperar: no me sorprendería que en la sierra de Oaxaca haya habido daños importantes", cierra Víctor Cruz.




Hablemos de los sismos y por qué pegan tan duro en México

México es uno de los países con más actividad sísmica del mundo por ello la prevención es la mejor herramienta para evitar desgracias.

Los terremotos nos dan miedo y es normal. Pero entrar en pánico no es, y nunca será, algo que nos sirva para evitar tragedias humanas. En Código Espagueti creemos que el conocimiento de lo que son los terremotos y lo que ha ocurrido en el pasado son la mejor herramienta para no propagar el miedo que generan estos desastres naturales, por eso queremos explicarte en pocas palabras lo que los terremotos y por qué se registran tantos en México.
¿Por qué siempre está temblando en México?
México se encuentra en una zona del planeta que sufre constantemente movimientos telúricos. En promedio se registran diariamente hasta 15 sismos en todo el territorio mexicano. Esto se debe a qué nos encontramos en un área de interacción de 5 placas tectónicas:
Placa de Norteamérica / Placa de Rivera / Placa del Pacífico / Placa de Cocos / Placa del Caribe
Tres de estas placas, la norteamericana, la de Cocos y la del Pacífico, están catalogadas como las más grandes de la Tierra, así que cada vez que se mueven, chocan entre sí y entonces se registran sismos.
Históricamente, de acuerdo a datos recabados por el Servicio Sismológico Nacional (SSN), el sismo más fuerte del que se tenga registro en México ocurrió en 1787 con epicentro fue en las costas de Oaxaca, y las evidencias encontradas señalan que su intensidad fue de entre 8.4 y 8.7 grados. Estos son los 5 sismos de mayor magnitud que se han registrado en México:
1787: de entre 8.4 y 8.7 grados con epicentro en las costas de Oaxaca.
1932: de 8.2 grados con epicentro en las costas de Colima y Jalisco.
1985: de 8.1 con epicentro en las costas de Michoacán.
1995: igual de 8.1, pero con epicentro en las costas de Colima.
2017: 8.2 y se originó en el Golfo de Tehuantepec.
En el caso de la Ciudad de México, los terremotos se sienten con más intensidad a causa de su suelo, que es blando, debido a que se fundó sobre un lago. Una investigación realizada poco después del terremoto de 1985 encontró que el sismo “se había amplificado hasta en un 500% en regiones cercanas al epicentro donde el suelo era el más blando”. Entre más cerca esté el epicentro del sismo de la Ciudad de México, más fuerte se siente y mayores son sus afectaciones.
¿Cuántos tipos de temblores existen?
Existe la creencia que existen dos tipos de sismos: oscilatorio y trepidatorio. Sin embargo, esto no es del todo correcto, pues en realidad todos los sismos tienen ambos tipos de movimiento en todo momento. El SSN explica que “las ondas sísmicas se propagan en todas direcciones, provocando el movimiento del suelo tanto en forma horizontal como vertical”.
¿Se avecina un mega terremoto?
Ante la tragedia es muy fácil caer en pánico y compartir cualquier información que advierta sobre posibles sismos que serán más catastróficos que el anterior. Pero toma en cuenta dos cosas: los sismos son impredecibles, por lo que no se puede saber con exactitud cuándo ocurrirá el próximo y mucho menos conocer su intensidad. Nada ni nadie puede predecir cuándo y a qué hora ocurrirá un sismo.
Las réplicas tienen que darse y eso es inevitable, pero tampoco se pueden predecir.Así lo explica el SSN: “Cuando ocurre un sismo de magnitud considerable las rocas que se encuentran cerca de la zona de ruptura sufren un reacomodo, lo que genera una serie de temblores en la zona que reciben el nombre de réplicas. El número de las réplicas puede variar desde unos cuantos hasta cientos de eventos en los próximos días o semanas de ocurrido el temblor principal”.
La única herramienta con la que contamos para combatir los sismos es el conocimiento, no sólo de lo qué es el fenómeno sino de cómo actuar antes, durante y después.




El patrón de la destrucción del sismo del 19 de septiembre


El segundo sismo grave en un 19 de septiembre, 32 años después del anterior, ha impactado fuertemente la Ciudad de México de manera sorpresiva, tanto por su repetición, como por sus características. En un principio parecería que por su magnitud de 7.1 no debería de haber causado daños severos. Sin embargo, esto no fue así. Hasta el miércoles por la noche se habían reportado 38 edificios que colapsaron, 101 muertos, cientos de heridos e incontables daños materiales, tan solo en la Ciudad de México. Haciéndolo el segundo terremoto más catastrófico desde el de 1985.
El daño que causó se puede explicar por dos razones de fondo. La primera razón, el sismo sucedió a sólo 120 kilómetros al sur de la Ciudad de México, en Axochiapan, Morelos. Esto hace que sea mucho más intenso que si hubiese pasado en las costas del Pacifico mexicano. Por ejemplo, tan sólo hace unos días, el 7 de septiembre, sucedió un temblor de magnitud 8.2 en las costas de Chiapas, a más de 700 kilómetros de la Ciudad de México. El temblor más grande registrado en un siglo, pero por su distancia los daños en la ciudad fueron mínimos. De igual forma, el sismo del 19 de septiembre de 1985 fue de intensidad 8.1, a sólo 300 kilómetros de distancia de la capital. El cual fue cinco veces más intenso que el registrado el 7 de septiembre, lo que explica los enormes daños que causó, como los 412 edificios destruidos (10 veces más que en el actual sismo).
Además, la cercanía del epicentro del temblor y en un lugar en el que se registran pocos sismos de dicha intensidad, también explica el porqué no sonaron las alarmas sísmicas con tiempo suficiente. En esta ocasión la alarma sonó sólo entre 11 y 19 segundos de anticipación. Las alarmas sísmicas están colocadas en la costa del Pacífico, en Guerrero y Oaxaca, previniendo sismos intensos que se originan regularmente en esta zona, lo que permite alertar con tiempo suficiente a la población ante un evento y ponerse a salvo.
La segunda razón de fondo tiene que ver con el mismo desarrollo de la Ciudad de México que igualmente explica el porqué son tan intensos los sismos en la ciudad. A simple vista existe un patrón de los edificios que colapsaron y están dañados. Recorren en una diagonal desde Xochimilco hasta la Reforma, como si se localizaran alrededor de Avenida División del Norte recorriendo Coapa, Culhuacán, Tlalpan, la del Valle, Narvarte, Roma y Condesa, entre otras zonas afectadas.
Este patrón no es en lo más mínimo fortuito. De hecho, corresponde al antiguo lago de Xochimilco. Hay que recordar, que existían 5 lagos en la zona que hoy ocupa la metrópoli: Zumpango, Xaltocan, Texcoco, Xochimilco y Chalco (aquí se puede ver su localización). Siendo Xochimilco uno de los más grandes y abarcaba desde la actual delegación Xochimilco hasta Azcapotzalco, recorriendo justo en una diagonal el valle de México.
Entonces, después de haber sido desecados en su mayor parte estos lagos, se urbanizaron con el pasar de los siglos. Esta situación bien conocida e implica que el subsuelo en muchas zonas urbanizadas de la metrópoli es blando. Es un subsuelo arcilloso que amplifica y alarga las ondas de los sismos, lo que hace que sean mucho más intensos que una zona firme y los vuele más peligrosos.
A esto hay que agregarle, los acuíferos subterráneos, de los que se abastece de agua a parte la ciudad, se encuentran sobreexplotados. Al respecto, esta sobre explotación genera hundimientos de la ciudad, lo que altera el subsuelo y también causa diversos daños en edificaciones, lo que las hace más frágiles a los sismos.
Estas razones son solo una parte de la explicación del patrón de daños en edificaciones en la ciudad. Habrá que esperar tiempo para conocer todas las características de los edificios colapsados y dañados, así como el contexto en qué fueron construidos (como bajo corrupción), lo que contribuirán a explicar con detalles la actual tragedia y a prevenir que se repita algo así en el futuro.
Finalmente, el sismo nos recuerda de nueva cuenta la fragilidad de la Ciudad de México por haber sido construida sobre un lago y por la pésima administración del agua que se tiene. Paradójicamente, se sobreexplota el agua a la vez que se hunde la ciudad y hay escases del vital líquido, mientras que ante la primera lluvia severa, se inundan muchas zonas de la ciudad (como ha sucedido varias veces este año). Situación que se agravará en el futuro, aunque suene totalmente catastrófico, debido al cambio climático que generará mayor escases del agua e incrementará la intensidad de las precipitaciones en la metrópoli. Una ciudad que hoy es frágil ante sismos… y ante las lluvias, una ciudad proclive a las tragedias. Esto tiene que cambiar.




Causas y efectos de los terremotos        


En el planeta Tierra, globalmente hablando, las ocurrencias de fenómenos sísmicos son poco menos que continuas, como puede comprobarse, observando los iconos de “Earthquake”, en la imagen superior, correspondiente a cualquier día y cualquier hora en el Emergency and Disaster Information Service, en que se pueden localizar y hacer seguimiento, no sólo de los terremotos, sino de otros muchos fenómenos y sucesos como incendios forestales, inundaciones, erupciones volcánicas, y muchos otros desastres de todo tipo, que se muestran en los emplazamientos afectados.
Hay pocas cosas que sean, a la vez, tan naturales y tan alarmantes como los temblores de tierra, es decir los terremotos; y  son naturales puesto que, como comentaremos después, son consecuencia de la búsqueda de equilibrio por parte de la litosfera, que es uno de los cinco Subsistemas que componen el Sistema Climático Terrestre (atmósfera, hidrosfera, criosfera, biosfera y la citada litosfera), aunque en este caso poco o nada tengan que ver estos temblores sísmicos con el famoso cambio climático.
Y son alarmantes porque un seísmo mueve literal y físicamente el suelo que pisamos, lo que junto con la amenaza de ser sepultados en vida, son dos de las cosas que más teme el ser humano. Como sabemos bien los aficionados a los comic: “Que el cielo caiga sobre mi cabeza” era el mayor temor de Abraracurcix, el jefe de los irreductibles galos Asterix, Obelix y compañía.
En términos de la Geofísica, los seísmos no son catástrofes, sino movimientos necesarios en la búsqueda del equilibrio de la litosfera. El planeta Tierra posee un nivel de organización y  una dinámica, que se mantiene  con una energía interna derivada de la masa (gravedad), del calor primitivo de formación y de la desintegración de elementos radiactivos internos.
Según la Teoría de la Tectónica de Placas, en su evolución la Tierra emplea gran parte de esa energía en mantener continuamente la corteza oceánica, es decir el inmenso depósito que es el fondo de los océanos. En este proceso se genera la corteza que forma los continentes, la corteza continental, que se va moviendo, agrietando y colisionando, formando las cadenas montañosas o cordilleras que se adhieren a los continentes haciéndolos cada vez más grandes y gruesos, en detrimento de la corteza del fondo oceánico. Y este proceso continuará hasta que el tamaño y el grosor de los continentes sean tan grandes, que la Tierra no tenga la energía necesaria para poder seguir rompiéndolos y moviéndolos.
La corteza terrestre está en continuo movimiento, y los sismógrafos permiten detectar cada año no menos de un millón de seísmos, de los que 150.000 son perceptibles en forma de sacudidas de la superficie terrestre.
Sólo de dos a tres de todos ellos alcanzan la fuerza de terremotos con destrucciones tremendas. Un 10% de los temblores registrados se originan por derrumbes de cavidades subterráneas (temblores por derrumbe) y por actividad volcánica (temblores eruptivos).
Todos los demás, es decir la inmensa mayoría,  pueden atribuirse a movimientos de unas partes de la corteza contra otras (temblores tectónicos o por dislocación). Cualquier desplazamiento de grandes masas rocosas, comparable a una especie de “reajuste de cargas” de la superficie terrestre, tiene como consecuencia un terremoto.
El foco de un sismo puede ser muy extenso, sin embrago, a los efectos de las mediciones y cálculos, se trabaja con la hipótesis de que el foco es un punto, al que se denomina hipocentro, que es el punto desde el que parten las sacudidas en todas direcciones, y el punto situado en la superficie terrestre, justo en la vertical del hipocentro, se denomina epicentro.
Cuando el hipocentro en encuentra bajo una zona marítima u oceánica, tiene lugar un maremoto; el epicentro estará situado en la superficie del mar, y la energía se transmite a partir de ese punto mediante oleaje que se dirige hacia las costas pudiendo dar lugar a los conocidos tsunamis de efectos devastadores.




Detectan una ola monstruosa de 24 metros de 

altura





Una solitaria boya situada cerca de la Isla de Campbell, en Nueva Zelanda, detectó esta semana una ola monstruosa de 23,8 metros de altura, la mayor medida alguna vez en todo el hemisferio Sur, tal como informó Tom Durrant, oceanógrafo del servicio meteorológico del país.
Según este experto, la ola fue generada por una célula de bajas presiones con vientos de 65 nudos.

http://www.abc.es/ciencia/abci-detectan-monstruosa-24-metros-altura-201805120046_noticia.html

Resuelto el misterio de por qué la Torre de Pisa no se cae



La Torre de Pisa ha sido durante mucho tiempo una pesadilla para los ingenieros. Uno de los monumentos más representativos de la arquitectura renacentista es también una estructura famosa por su gran inclinación. De hecho, ha tenido que ser objeto de trabajos de estabilización. Pero ningún ingeniero ni arquitecto ha respondido alguna vez a la pregunta de cómo es posible que una torre tan inclinada no se haya caido, sobre todo cuando la región donde se encuentra ha sufrido varios grandes terremotos en los 500 años que han pasado desde que se construyó.


http://www.abc.es/ciencia/abci-resuelto-misterio-torre-pisa-no-201805132154_noticia.html

¿Con qué frecuencia ocurren los megaquakes de Cascadia?

16 de mayo de 2018. De magnitud devastadora de 8.0 a 9.0. Los terremotos y los tsunamis que acompañaron a los tsunamis parecen haber golpeado al Noroeste del Pacífico de los Estados Unidos y al Noroeste de Canadá aproximadamente cada 500 años en promedio. Pero algunos científicos piensan que el intervalo de recurrencia entre algunos de estos grandes terremotos puede ser más corto, en la línea de cada 300 años, en la parte sur de la zona de subducción de Cascadia en Oregon y su costa.
Para resolver esta pregunta y otras, el Equipo del Proyecto de Recurrencia de Cascadia ha estado trabajando durante más de un año para analizar y comparar la evidencia de los terremotos de megathrust del pasado en la región. En la Reunión Anual de la SSA de 2018 , el sismólogo del Servicio Geológico de los EE. UU., Joan Gomberg, ofreció una descripción general del trabajo del Proyecto hasta la fecha.
"Tenemos muchos tipos de pruebas para respaldar estos intervalos de recurrencia, pero nuestra evidencia o interpretación de nuestras observaciones no siempre coinciden", dijo Gomberg. "El objetivo del proyecto es tratar de comprender de qué se derivan estos desacuerdos, y tratar de reconciliarlos en última instancia".

El bosque "fantasma" de Neskowin en Oregon, sumergido en un terremoto y tsunami hace 2000 años. / Wolfram Burner
Si los terremotos de magnitud 8.0 ocurren con más frecuencia que cada 500 años en la parte sur de la zona de Cascadia, por ejemplo, esta información podría cambiar los cálculos de riesgo de terremotos utilizados para desarrollar códigos de seguridad de edificios, dijo Gomberg.
"Agregar estos terremotos en nuestros cálculos de recurrencia podría cambiar nuestras estimaciones de temblores probables en un 40%", anotó.
El último terremoto de megathrust en la región, el terremoto de 1700 Cascadia, puede haber tenido una magnitud entre 8.7 y 9.2. Los científicos creen que la ruptura puede haberse extendido desde la isla de Vancouver hasta el sur de California.
El Proyecto es un equipo multidisciplinario de investigadores del USGS, estudios geológicos y de recursos naturales estatales y regionales y universidades. El equipo ha recopilado y analizado evidencias de terremotos de megathrust en una variedad de fuentes, incluyendo modelos de ruptura de fallas, simulaciones de movimiento de tierra, deslizamientos de tierra, cambios de nivel de tierra costera, depósitos de tsunami y depósitos de sedimentos oceánicos producidos por fuertes temblores y fallas en pendientes subacuáticas.
La evidencia de un intervalo de recurrencia de resistencia al avance potencialmente más corto en el sur de Cascadia proviene de una investigación que ha identificado y asignado fechas para este último tipo de depósito geológico, llamadas turbiditas, dijo Gomberg.
Aunque este tipo de pruebas se han estudiado durante décadas en algunos casos, el Proyecto es el primero en juntar y comparar estudios de una amplia gama de disciplinas para desarrollar una imagen detallada de la historia del megathrust de Cascadia, dijo Gomberg.
El objetivo final, señaló, "es proporcionar con un alto grado de confianza un consenso sobre los intervalos de recurrencia de Megathrust, y conocer cuán variables son estos intervalos. Al final, esto tendrá un impacto en las mediciones de riesgos y en los pronósticos de [terremotos] ".

  

Peligros sísmicos ponen en riesgo a un tercio de la población sudamericana

Nuevos modelos de riesgos y riesgos sísmicos desarrollados para Sudamérica sugieren que más de 160 millones de personas -cerca de un tercio de la población total del continente- viven en áreas con riesgo sísmico significativamente elevado, según un informe discutido en el SSA de 2018. Reunión anual.
El riesgo es mayor en las partes occidental y septentrional del continente, donde los terremotos y los tsunamis han causado pérdidas considerables de vidas e infraestructura en el siglo pasado, dijo el sismólogo del Servicio Geológico de Estados Unidos Mark Petersen.
"Siempre hemos sabido que América del Sur tenía un alto riesgo sísmico, porque hemos observado enormes daños y pérdidas a lo largo del siglo pasado", señaló. "Pero fue sorprendente ver que este riesgo podría afectar a un tercio de la población del continente".

Pérdidas y muertes anuales esperadas por terremotos sudamericanos / BSSA; doi: 10.1785 / 0120170002
Las nuevas evaluaciones provienen de una colaboración de una década entre científicos de terremotos de muchos países de América del Sur y el Servicio Geológico de los EE. UU. Que comenzó con una solicitud del Centro Regional Sismológico para América del Sur (CERESIS) a científicos de USGS. Los resultados de este estudio se describen en una publicación reciente en el Boletín de la Sociedad Sismológica de América .
Los investigadores primero construyeron modelos de riesgo sísmico: "utilizando las mismas metodologías que el USGS ha desarrollado durante los últimos 40 años para su aplicación en los códigos de construcción", dijo Petersen. Estos modelos incluyen nueva información sobre terremotos en zonas de subducción, terremotos corticales y sismicidad de fondo junto con los últimos modelos de movimiento de tierra. Los modelos "nos dicen dónde esperamos que ocurran los terremotos en el futuro, con qué frecuencia ocurrirán y qué tan fuerte se sacudirá la tierra por los terremotos", dijo Petersen.
El modelo USGS PAGER se usó para estimar la exposición de la población, las muertes potenciales y los impactos de pérdidas económicas de terremotos significativos en toda la región. Estos modelos son toscos y no tienen el inventario detallado y las estimaciones de vulnerabilidad estructural que los modelos locales podrían tener, pero proporcionan estimaciones de primer orden sobre dónde el riesgo es mayor o menor en todo el continente. Finalmente, el equipo de investigación desarrolló movimientos de tierra dirigidos al riesgo para los países de América del Sur utilizando criterios que son similares a los objetivos de desempeño aplicados en los códigos de construcción de los EE. UU.
Petersen advirtió que "este es el primer corte sobre el riesgo, las posibles pérdidas y el código de construcción de los criterios de diseño que podrían aplicarse en estos países, pero no es la última palabra, y no debe usarse directamente en un edificio específico del país". códigos ".
"Esto no pretende reemplazar las propuestas de modelos locales o nacionales para aquellas organizaciones que ofrecen criterios de diseño para la construcción", agregó, "pero esperamos que nuestro estudio pueda proporcionar nuevos catálogos, modelos de tasas sísmicas, datos de terreno". modelos de sacudidas y técnicas de mapeo de riesgos para investigadores locales que estudian estos problemas ".
"Los expertos en América del Sur pueden tener acceso a información más refinada sobre sismicidad regional, fallas y características de terremoto; las aplicaciones locales de código de construcción deben confiar en esta información más detallada ", dijo.




Conoce la labor del Servicio Sismológico Nacional

MISIÓN
Registrar, almacenar y distribuir datos del movimiento del terreno para informar sobre la sismicidad del país a las autoridades y a la población en general, promover el intercambio de datos y cooperar con otras instituciones de monitoreo e investigación a nivel nacional e internacional.
VISIÓN
Ser un referente nacional e internacional del registro de la actividad sísmica, así como de la difusión y divulgación de la información sismológica.
OBJETIVOS
Establecer y mantener una red de monitoreo de sismos en el país, que opere con altos estándares de calidad y de manera continua. Mantener un monitoreo continuo de los fenómenos sísmicos que tienen lugar en el país, usando instrumentos de aceleración, velocidad y desplazamiento.
Distribuir la información de manera oportuna y eficiente de la localización y magnitud de un sismo. También, cuando sea el caso y la cobertura de la red lo permita, proporcionar a las instancias correspondientes los parámetros necesarios para emitir alertas tempranas o iniciar protocolos de protección civil.
Archivar y distribuir de manera eficiente a la comunidad científica mundial, toda la información y datos generados. Establecer y mantener un programa de difusión y divulgación de la sismología.





Derrumba Poniatowska los mitos del 85 en la UNAM


Las violaciones a los reglamentos de construcción, malos materiales, deshonestidad de muchos funcionarios, encubrimiento, mordidas para conseguir permisos, robo a pequeña y gran escala, explotación desenfrenada de los recursos naturales, trampa y tranza, arena en vez de concreto, edificios levantados al vapor, todo ello subyace en lo más negro de la obra negra que salió a la superficie de la catástrofe de 1985, dijo Elena Poniatowska al recordar el siniestro en la Facultad de Arquitectura de la UNAM.
En medio de un gran silencio, la escritora leyó a jóvenes estudiantes y académicos algunos pasajes de su libro Nada, Nadie, Las Voces del Temblor, en el marco del Taller de Verano, Irrupción en el Paisaje organizado por la Unidad Académica de Arquitectura del Paisaje (UAAP)
Poniatowska explicó la importancia que puede llegar a tener un arquitecto y seguir al pie de la letra el reglamento de seguridad para las construcciones en México.




Calcular la magnitud de un sismo: tiempo y recopilación de datos


La localización y magnitud de un sismo se calculan con los registros de las estaciones del SSN. Foto: Elvia Moreno
Las escalas de magnitud e intensidad se utilizan para medir los temblores, la primera está relacionada con la energía liberada como ondas sísmicas y la segunda con los daños producidos por el sismo. El temblor de septiembre, cuyo epicentro se ubicó en las cercanías de Ometepec, Guerrero, y Pinotepa Nacional, Oaxaca, alcanzó 7.4 grados de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN), pero cómo se calcula la magnitud de un sismo y qué determina la intensidad de los daños.
Al respecto el doctor Carlos Valdés González, jefe del SSN e investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, explicó que el cálculo de la magnitud de un sismo requiere trabajo y tiempo, ya que para hacer una estimación de la energía liberada durante un temblor es necesario tener registros completos.
“Nosotros trabajamos con velocidad y aceleración, en el registro del temblor de 1985 cada línea representa quince minutos, el sismo comienza a las 07:19 y le da varias vueltas al registro, esto indica que la vibración del terreno, aunque ya no era percibida por el ser humano, duraba más de una hora, todo esto es energía y necesitamos medir ese tiempo para hacer una estimación verdadera”, afirmó el investigador.
En el caso de este sismo el proceso automático lanzó una localización muy precisa, ya que el epicentro es fácil de determinar; en cambio la magnitud es más complicada porque primero mandó una cifra de 6.4, después un 7.8 y finalmente un 7.4, lo anterior no indica que el dato sea incorrecto, sino que entre más datos se tienen mejor es el cálculo.
Para darnos una idea de lo complicado que es determinar la magnitud de un temblor, el doctor Valdés dijo, “es como estar parados en una estación del Metro, pegaditos al túnel por donde sale el Metro, qué tan fácil sería, si cerramos los ojos, saber qué tan grande es el convoy, si tiene un vagón o veinte, determinar eso a menos que podamos medir y sentir la vibración y el viento es complicado”.
La función del Servicio Sismológico Nacional es detectar todos los sismos que suceden en el país, para lo cual se instalaron sismógrafos, equipos capaces de registrar el movimiento del suelo. En cada estación, de las 44 que conforman la red principal del SSN, hay dos sensores, uno que mide la velocidad y otro que mide la aceleración, cada uno de ellos tiene tres ejes dos horizontales y uno vertical.
Cada estación genera 600 datos por segundo que llegan al SSN por enlace satelital, los datos recibidos se almacenan y se procesan, hay sistemas que indican en que estaciones se rebasan los niveles normales de movimiento.
En el caso del sismo de Septiembre, “nosotros tenemos una estación en Pinotepa Nacional, esa es la primera que empezó a registrar y después todas las que tenemos en Oaxaca y Guerrero, con esos datos comenzamos a hacer los cálculos de la localización y los de la magnitud”, recordó el titular del SSN.


El responsable de registrar los sismos

Aunque es imposible predecir en qué momento ocurrirá el próximo sismo de gran magnitud, si un país cuenta con infraestructura para conocer el comportamiento de este fenómeno natural, tendrá mayor posibilidad de contar con mejores medidas de prevención y protección civil.
En México, contamos con un centro de monitoreo permanente que nos informa la localización y la magnitud de los sismos
  • ·         México es un país sísmico y con volcanes activos, por lo que el monitoreo sísmico es una necesidad nacional.

El Servicio Sismológico Nacional, a cargo del Instituto de Geofísica de  la UNAM,  recoge de manera permanente datos sobre la sismicidad en todo el territorio mexicano para informar a la población y promover la investigación.
Para cumplir con esta misión, opera una red de 61 observatorios sismológicos. Cada uno posee un sismómetro, un acelerómetro y un GPS, aparatos que registran la velocidad, la aceleración y el desplazamiento del suelo durante la propagación de las ondas sísmicas.
Luego del análisis de esos datos, los sismólogos establecen la localización y la magnitud del fenómeno.
  • ·         La magnitud de un sismo se calcula a partir de la cantidad de energía liberada como ondas sísmicas.

La divulgación de esta información es fundamental para prevenir y evaluar riesgos. Desde el terremoto de 1985, se impulsaron iniciativas de investigadores mexicanos dirigidas a la evaluación del riesgo sísmico en varias regiones del país, así como de aplicaciones de los recursos tecnológicos disponibles para prevenir futuros desastres.
Los sismólogos del SSN utilizaron estos registradores sísmicos convencionales de tambor durante décadas.
En el caso de la Ciudad de México, sabemos que está asentada sobre una zona lacustre. Bajo el pavimento se encuentran depósitos muy blandos, por lo cual las ondas sísmicas se perciben con mayor intensidad en esta zona.
Hasta el momento, la mejor alternativa para enfrentar las sacudidas del suelo, es la construcción de edificios más seguros.
Su historia
El gobierno mexicano decretó la creación del Servicio Sismológico Nacional en septiembre de 1910, luego de que México participó en una reunión de varios países en 1904, en la que acordaron la creación de la Asociación Sismológica Internacional con el fin de mejorar los instrumentos de medición a nivel mundial.
Entre 1910 y 1923 se instalaron las 9  primeras estaciones sísmicas en el territorio nacional. El Servicio Sismológico Nacional está a cargo de la UNAM desde 1929.





Reporte del sismo, el de mayor magnitud registrado en un siglo


Su intensidad fue menor que la del sismo de 1985
El más reciente reporte del sismo de ayer que sacudió a una parte del territorio mexicano a las 23:49 minutos, indica que la magnitud  del fenómeno fue de 8.2 grados, informó el Servicio Sismológico Nacional.
Y aunque su magnitud fue mayor a la del sismo de 1985, en conferencia de prensa, Leonardo Ramírez, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, pidió ser cuidadosos con las comparaciones de la intensidad de ambos fenómenos. 
Los análisis de datos, realizados hasta el momento por investigadores de la UNAM en colaboración con los de otras instituciones del país, muestran que “este sismo tuvo niveles de intensidad de una tercera a quinta parte de lo que se observó en 1985.  No fue un sismo que se esperara que ocasionara daños en la Ciudad de México”, aclaró el ingeniero.
El origen
El epicentro del fuerte sismo se localizó a 133 km al sureste de Pijijiapan, Chiapas. En esta región chiapaneca,  la Placa de Cocos subduce, es decir, se mete, por debajo de la Placa de Norteamérica. Esto presenta la posibilidad de sismos en esta región. Al romperse el material en esas placas, se genera un sismo, explicó la doctora Dra. Xioly Pérez, jefa del Servicio Sismológico Nacional.
Réplicas
Hasta las 10:15 de la mañana, el Servicio Sismológico había registrado 266 réplicas, la mayor de magnitud 6.1, la cual ocurrió a las 0:17 hrs. unos  minutos después del sismo principal.
Cuando se produce un sismo de magnitud considerable, las rocas que se encuentran cerca de la zona de ruptura sufren un reacomodo, lo que genera una serie de temblores en la zona que reciben el nombre de réplicas.
El sismo de ayer puede tener réplicas de magnitud importante, por lo que se continúa el monitoreo sísmico para alertar a las autoridades responsables de la protección civil.
Amenaza de tsunami
Algunos sismos intensos están asociados a tsunamis o maremotos. La Red del Servicio Mareográfico Nacional se encarga del monitoreo y de generar datos para decidir acciones de protección civil.
“El que se genere un tsunami depende de la intensidad, la localización, el tipo de sismo y de la profundidad de la columna de agua en la que se encuentra.  En este caso, cada 5 minutos se realizó el monitoreo de cómo se fue modificando el nivel del mar. Se detectaron olas de hasta 2 metros en los puertos de Salinas Cruz y Huatulco, en Oaxaca, y en Acapulco, Guerrero”, precisó el doctor Jorge Zavala, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM y responsable del SMN.
  • ·         50 millones de personas aproximadamente sintieron el sismo
  • ·         37, 38 millones lo percibieron manera moderada a fuerte

Estimaciones iniciales del análisis de intensidad del sismo. Instituto de Ingeniería, UNAM.




Mejoran la predicción de la probabilidad de los terremotos más grandes

En el marco del proyecto “Investigación en Matemática Colaborativa“, investigadores del Centro de Investigación Matemática –CRM- y del Departamento de Matemáticas de la Universidad Autónoma de Barcelona, Cataluña, han desarrollado una ley que explica la distribución del tamaño de los terremotos, incluso en casos de grandes magnitudes, como los de Sumatra, ocurrido en el 2004 y Japón en el 2011.
La ley Gutenberg-Richter
La probabilidad de que tenga lugar un terremoto decrece exponencialmente con el valor de su magnitud. Afortunadamente, los temblores de tierra leves son mucho más probables que los grandes sismos desoladores. Esta relación entre probabilidad y magnitud del terremoto sigue una curva matemática llamada “ley de Gutenberg-Richter”, y ayuda a los sismólogos a predecir cuál será la probabilidad de que ocurra un terremoto de determinada magnitud en una zona del planeta.
Predecir mejor los sismos más potentes
La ley, sin embargo, tiene carencias importantes para describir situaciones extremas. Por ejemplo, a pesar de que la probabilidad de un seísmo de magnitud mayor que 12 es nula -técnicamente implicaría que el planeta se divida en dos mitades- las matemáticas de la ley Gutenberg-Richter no dan por imposible un terremoto de magnitud 14.
Para superar estas carencias, los investigadores han estudiado una pequeña modificación a la ley de Gutenberg-Richter, un término que modifica la curva precisamente en la zona donde las probabilidades son más pequeñas.

Results of the likelihood-ratio tests./ Artículo original publicado en Scientific Reports 7 – Nature
Obtener la curva matemática que mejor se ajusta a los datos registrados de los terremotos no es nada fácil cuando se trata de grandes seísmos.
De las ciencias geológicas al mundo de las finanzas
Entre 1950 y 2003 sólo hubo siete de magnitud superior a 8,5, y desde 2004 sólo seis. Aunque después del de Sumatra estamos en un periodo más activo, hay muy pocos casos, por lo que la estadística es muy pobre y el tratamiento matemático del problema pasa a ser mucho más complejo que cuando los datos son abundantes.
Con la ley derivada de la de Gutenberg-Richter también se ha comenzado a explorar la aplicación en el campo de las finanzas. La investigación ha sido publicada en la revista Scientific Reports, del grupo Nature, y cuenta con la financiación del MINECO, la AGAUR y el proyecto “Investigación en Matemática Colaborativa” de la Fundación “la Caixa”.




Obligación moral de científicos y autoridades considerar la posibilidad de un gran sismo

Científicos de Japón y México evaluarán el peligro sísmico en la costa del Pacífico mexicano. Imagen: Bárbara Castrejón
Olas que se caracterizan por su enorme tamaño y energía, movimientos bruscos e intensos en el mar que agitan grandes extensiones de agua. Los tsunamis o maremotos, al igual que los sismos de magnitud importante, ocasionan a su paso desafortunados eventos en las zonas donde llegan a presentarse.
Para avanzar en el diseño y evaluación de protocolos y medidas de prevención y mitigación que contribuyan a enfrentar este tipo de fenómenos, la UNAM por medio del Instituto de Geofísica, conjuntamente con la Universidad de Kioto, Japón, lanzaron el proyecto “Evaluación del peligro asociado a grandes terremotos y tsunamis en la costa del Pacífico mexicano para la mitigación de desastres”.
En la presentación, Leonardo Lomelí Vanegas, secretario general de la UNAM, indicó que de acuerdo con el diseño del proyecto, observaciones geofísicas como estas no tienen precedente en México, las cuales permitirán entender de mejor manera la interacción entre diferentes tipos de sismos y generar con esa información mapas de riesgo tanto de movimientos telúricos como de posibles tsunamis.
México, agregó, se encuentra geográficamente ubicado en una importante zona sísmica. En nuestra historia, guardamos registro de varios terremotos entre los que destacan los de 1911 con epicentro en Guerrero; en 1941 con epicentro en Colima, el de 1957 también con epicentro en Guerrero y el de 1985 que provino de entre los límites de Michoacán y Guerrero.
Fuertes movimientos en México
Víctor Manuel Cruz Atienza, jefe del departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, y líder del proyecto en México, advirtió que nuestro país no está exento de pasar por escenarios como el de Japón hace unos años.
Si un terremoto comparable al de 1985 tuviera lugar en la brecha sísmica de Guerrero, los movimientos del suelo serían de dos a tres veces más intensos que los observados en aquel entonces en la zona del lago de la Ciudad de México.
Según el investigador, es una obligación moral de científicos y autoridades considerar la posibilidad de un sismo grande. “En este proyecto vamos a estudiar con mucho detalle el desplazamiento producido por terremotos hipotéticos y los que pudiéramos registrar en la red de observación, las sacudidas del suelo en superficie y los tsunamis generados”, puntualizó.
Proyecto innovador
Para Arturo Iglesias Mendoza, director del Instituto de Geofísica, este proyecto se trata de una de las propuestas más prometedoras y ambiciosas de los últimos años; no sólo por la sofisticación de la instrumentación, la complejidad de su instalación y el presupuesto invertido, sino también por el interés que los científicos de ambos países han comprometido en la elaboración y ejecución de la propuesta.
“Estamos hablando de un proyecto inédito. Como nunca, se instrumentará de manera geodésica y sismológica, en tierra y mar, la costa del estado de Guerrero y los datos recolectados serán de suma importancia para la mitigación del riesgo”, señaló.
Los resultados de este trabajo permitirán conocer con mayor detalle el potencial de generación de tsunamis y temblores en la costa de esa entidad pero además, permitirán reflejar ese conocimiento en acciones que eventualmente aminoren el peligro al que la población está expuesta.
Resultados fructíferos
Durante el anuncio del lanzamiento, Taido Tanose, viceministro parlamentario de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología de Japón, mencionó que tanto México como esa nación se ubican sobre el cinturón de fuego del pacífico; ambos son países con un alto grado de sismicidad, por ello es importante investigar el mecanismo de generación de  temblores y tsunamis y aprovechar los resultados a fin de contrarrestar los desastres con base en las experiencias de las dos naciones.
Precisó además que la observación y análisis de los llamados sismos lentos en las costas mexicanas con tecnología japonesa serán de mucha utilidad para simular la ocurrencia de un temblor de grandes dimensiones, así como para el avance de la investigación sobre el gran terremoto en Japón, que podría suscitarse en el canal de Nankai.
El proyecto cuenta con un financiamiento de seis millones 770 mil dólares, de los cuales el 60 por ciento será aportado por Japón y el resto por instituciones mexicanas.

A 30 años del Gran Sismo

19 de septiembre de 1985: devastación en la ciudad de México. Imagen: Bárbara Castrejón.
30 años han pasado desde que ocurrió lo que se consideró como “la peor catástrofe de la ciudad de México”: la mañana del 19 de septiembre de 1985 un sismo de magnitud 8.1 devastó una parte del Distrito Federal.
Un día después, ocurrió otro sismo de magnitud menor, pero el sentimiento de miedo que se vivía por parte de los damnificados hizo que incluso lo sintieran con más intensidad. Asimismo, este segundo movimiento provocó que aquellas estructuras que habían quedado dañadas por el sismo anterior terminaran por caerse.
Justo esa tragedia fue la que permitió que surgiera la solidaridad entre miles de mexicanos y que en medio de la destrucción que se vivía en algunas zonas muchas personas trabajaran con el fin de aminorar la desgracia y el dolor que invadía la ciudad.
Sin duda, 1985 fue un año que impulsó en el país cambios a distintos niveles, tanto en la conducta de los mexicanos ante estos fenómenos naturales como en la misma investigación sismológica que hasta ese momento se realizaba en México.
País sísmico
La historia de la ciudad de México nos narra que fue asentada sobre una zona lacustre. Ésta, al secarse, formó distintos estratos en el subsuelo. Aunque en la actualidad pareciera que es suelo firme, debajo aún puede encontrarse agua saturando los estratos sedimentarios generando depósitos lacustres muy blandos, lo cual provoca que las ondas sísmicas tengan un efecto mayor.
La ciudad de México es una zona altamente sísmica y cada año se generan miles de temblores. Sin embargo, la mayoría de ellos no alcanzan magnitudes considerables ni de peligro para la población.
En la historia de la capital del país se han registrado sismos que han quedado en la memoria de sus habitantes, por ejemplo el de 1957, conocido como del Ángel, que tuvo una magnitud de 7.7. Éste es principalmente recordado porque provocó que se cayera el Ángel de la Independencia ubicado en Paseo de la Reforma. Otro sismo importante en las últimas décadas es el de la Ibero, ocurrido en 1979 y que tuvo una magnitud de 7.6, y otro más es el de 1985, que alcanzó una magnitud de 8.1.
Cabe destacar que en los últimos 100 años se han registrado más de 160 sismos moderados y grandes en México.
“Los sismos no están cambiando ni en tamaño, ni en los lugares en donde ocurren, ni en la tasa de recurrencia. Lo que sí está cambiando, quienes sí cambian todo el tiempo somos nosotros, porque decidimos asentarnos en cualquier lugar”, dijo el doctor Carlos Valdés, director general del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
La Tierra está viva
La Tierra no está compuesta de un material completamente homogéneo, sino por diversos materiales (algunos sólidos y otros líquidos) que llegan a estar a grandes temperaturas. Está conformada por un núcleo interno, un externo, un manto inferior y uno superior, y la corteza terrestre, que es la capa más externa.
Esta parte más superficial de la Tierra, junto con una parte del manto superior (ambas conocidas como litosfera), se encuentran encima de un fluido viscoso. Por las temperaturas que existen en el interior de la Tierra éstas producen un fenómeno conocido como corrientes de convección, es decir, el manto superior está en movimiento y una parte de éste va hacia arriba y otra hacia abajo, lo que provoca que también la corteza terrestre se mueva y se fragmente. De ahí se producen lo que conocemos como placas tectónicas, las cuales se deben al movimiento continuo del material dentro de la Tierra.
El doctor Cinna Lomnitz refiere en el libro El próximo sismo en la ciudad de México que “el motor que impulsa todo este gigantesco mecanismo es el calor acumulado en el centro de la Tierra desde su formación. El magma caliente sube y el magma frío baja. Así, todo el interior de la Tierra se va moviendo lentamente varios centímetros por año. Los sismos que se producen en nuestro país año tras año son la prueba de que la Tierra está viva y se sigue desarrollando”.
El doctor Víctor Hugo Espíndola Castro, del Servicio Sismológico Nacional, explicó que aunque nosotros veamos los materiales que componen la corteza como muy duros, siempre tienen cierta flexibilidad y no todo se mueve. Por lo tanto, cuando dos placas tectónicas se encuentran empiezan a acumular energía de deformación hasta que existe un rompimiento abrupto que libera dicha energía y se origina un sismo.
“Lo que origina un sismo es un rompimiento súbito de un área extensa, de tal manera que si es un sismo de magnitud 3 [el rompimiento] puede ser de metros, hasta uno de magnitud 8 que son de kilómetros, 250 o 300 kilómetros dependiendo; o si es de mayor magnitud ese rompimiento súbito puede ser de cientos de kilómetros”, explicó el investigador.
Aunado a lo anterior, es importante señalar que en todo el planeta existen alrededor de 14 placas tectónicas y las que generan el mayor número de sismos que sentimos en México, y que provocaron el sismo de 1985, son la de Cocos y la Norteamericana.
Intensidad sísmica
Ante la necesidad de cuantificar sismos de gran magnitud y obtener información que permitiera conocer la respuesta de las estructuras frente a un evento sísmico, se dio un importante desarrollo de instrumentación sísmica. Ésta es la base de la actual Red Acelerográfica Nacional del Instituto de Ingeniería de la UNAM, cuyo objetivo es monitorear los movimientos fuertes que se tienen y la distribución de estas aceleraciones a nivel nacional.
Para medir la magnitud y localizar el epicentro de los sismos se cuenta con el Servicio Sismológico Nacional creado hace 100 años. Sin embargo, para registrar sismos grandes se cuenta con dicha Red que está integrada por instrumentación acelerográfica. De la información obtenida de ésta es posible conocer cómo se comportan las ondas sísmicas desde que se producen hasta que llegan a lugares en donde existen ciudades, pero sobre todo se puede saber qué ocurre con los edificio cuando son sometidos a distintas aceleraciones.
Lo anterior porque todos los sismos producen diferentes sacudidas, lo cual marca la intensidad del movimiento que se cuantifica dependiendo de la distancia donde se produjo el temblor, el tipo de suelo, los efectos de sitio y de directividad, y la atenuación sísmica.
El doctor Jorge Aguirre González, coordinador de Ingeniería Sismológica del Instituto de Ingeniería, explicó que “caracterizar el efecto de sitio implica reconocer que no todos los lugares, aún estando a una distancia similar de donde ocurre el epicentro del sismo, van a responder de igual manera”.
Agregó que en el sismo de 1985, que tuvo epicentro en Michoacán, la intensidad fue distinta en el centro de la ciudad de México que en los alrededores. Además, al estar asentada sobre un lugar que anteriormente fue un lago las ondas sísmicas generaron una amplificación del movimiento del terreno según distintas zonas de la capital del país.
Cabe destacar que es posible conocer el tipo de amplificación que van a tener las ondas sísmicas en la ciudad de México gracias al mapa de microzonificación que se creó después del sismo que afectó al Distrito Federal en 1957. Dicho mapa originalmente contenía tres zonas: la de lago, la de transición y la de lomas. Sin embargo, en la actualidad la zona de lago está subdividida en cuatro zonas más, pues la amplificación de la resonancia de las ondas sísmicas no es igual en todas estas áreas.
“Lo que nos interesa es plasmar el conocimiento para que se tomen las previsiones en el momento de proponer normas y técnicas de construcción dentro de algún reglamento de construcción. Esto en lo concerniente a los sismos”, dijo.
Disminuir la vulnerabilidad
Para estudiar los sismos se han desarrollo varios conceptos que engloban estudios probabilísticos de estos fenómenos. Uno de ellos es el de riesgo sísmico, que es la conjunción de peligro y vulnerabilidad. El primero se refiere a lo que nos encontramos expuestos y que no podemos cambiar (en este caso sabemos que la ciudad de México está en una zona sísmica y eso no podemos evitarlo).
Por su parte, la vulnerabilidad está relacionada con la forma como nos preparamos para resistir el movimiento, por lo tanto somos más vulnerables cuando tomamos menos previsiones a diferencia de cuando somos más precavidos.
“El peligro no lo podemos evitar al menos que aprendamos cómo apagar el calor del interior de la Tierra. Así, la única manera de disminuir el riesgo es disminuyendo la vulnerabilidad, la cual sí depende de nosotros, porque sí hay acciones que podemos hacer”, explicó el doctor Carlos Valdés.
Al respecto agregó que podemos reducir la vulnerabilidad con el conocimiento, con investigación, realizando normas de construcción, así como preparando a la población para saber cómo actuar ante un sismo.
“Lo que queremos evitar es un desastre, el cual es una situación que altera y que no permite a la gente, por sus propios medios, regresar a la normalidad; es cuando el evento rebasa la capacidad de la gente, del gobierno local o de un país para regresar a la normalidad”, puntualizó.
Por su parte, el doctor Jorge Aguirre señaló que también es muy importante la observación y registro de la actividad sísmica de largo periodo, lo cual permitirá obtener información para crear reglamentos de construcción adecuados para edificios, hospitales, escuelas, plantas nucleares y presas.
Aprender del pasado
Después del sismo de 1985 se creó el Sistema de Protección Civil, el Centro Nacional de Prevención de Desastres, se modificaron los reglamentos y normas de construcción, y se creó el Sistema de Alerta Sísmica.
Asimismo, se instalaron aparatos de medición en toda la capital del país para monitorizar la sismicidad y la investigación sismológica ha permitido desde ese entonces caracterizar aspectos fundamentales de la respuesta sísmica del territorio nacional
De acuerdo con el doctor Víctor Hugo Espíndola Castro, a partir de 1985 se han realizado muchos trabajos relacionados con la caracterización del subsuelo de la ciudad de México. Así, actualmente se conocen los tipos de suelo que hay en la capital del país y qué zonas específicas se ven más afectadas por el peligro sísmico.
“En cuestión de monitoreo sísmico se ha mejorado tanto el instrumental como las áreas computacionales. Hay un avance tecnológico en todo el instrumental que se utiliza en este tipo de estudios. El Servicio Sismológico Nacional tiene muchas más estaciones de última tecnología, así como instalaciones más adecuadas para el estudio sísmico. Además de que como sociedad también estamos más conscientes de la probable ocurrencia de un temblor y hemos tomado medidas más serias en cuanto a la protección civil”, señaló.
En materia de ingeniería sismológica, después del sismo de 1985 se han realizado varias revisiones de las normas de construcción. Además, la zonificación de la ciudad ha permitido establecer lineamientos para que las construcciones puedan resistir los movimientos sísmicos.
Al respecto, el doctor Aguirre González señaló que, si se caracterizan los efectos de sitio y se prevén cuáles podrían ser los escenarios de los sismos que ocurrirán en el futuro, se puede lograr que los reglamentos de construcción establezcan las características que deben tener las construcciones, prever el tipo de amplificaciones, las aceleraciones sísmicas y la fuerza del movimiento. Sin embargo, agregó que para lograrlo es importante que se cumplan los reglamentos.
30 años han transcurrido desde aquella mañana de 1985 en que la población mexicana despertó con la noticia de un sismo devastador. Tres décadas han pasado desde aquellas imágenes en donde podemos ver edificios derrumbados, desconcierto, conmoción y dolor. Pero también ese tiempo transcurrido nos ha ayudado a enfrentar, de una manera más ordenada y con conocimiento, a esos fenómenos naturales que un día lograron que los habitantes de esta ciudad trabajaran conjuntamente y nacieran como sociedad civil.




Los animales sienten cuando ocurrirá un sismo

Información verídica, la mejor herramienta contra los sismos. Imagen: Erika López.
Fenómenos naturales como los sismos, los huracanes o los volcanes siempre han despertado la fascinación que nos produce lo impredecible. Incluso, se les ha relacionado con creencias mágicas o religiosas por sus espectaculares manifestaciones.
En países como Japón se tiene la creencia de que un pez gato es el dios de los terremotos; en Perú hay un cristo negro que protege de los temblores.
El doctor Allen Husker, del Instituto de Geofísica de la UNAM, expresó que sentimos fascinación por los sismos por el peligro que éstos representan, pues al no saber cuándo la Tierra se manifestará de esa manera, sentimos incertidumbre sobre la ocurrencia y la fuerza que tendrá el fenómeno.
Este desconocimiento ha inspirado diversos mitos alrededor de los sismos. Algunos son parte de la cultura popular desde hace décadas.
Se ha pensado que los animales pueden predecir los sismos, incluso algunas universidades han realizado investigaciones a partir del comportamiento de los peces, los perros o las hormigas para saber cuándo ocurrirá un temblor, sin que haya un resultado válido.
Otro mito es cuando la gente comenta que se despertó justo segundos antes de que ocurriera el sismo, sin tener ninguna razón para hacerlo. El especialista en sismología considera que el problema con este tipo de creencias es que nadie recuerda los días en que se despertó y no hubo un sismo.
Es importante que toda la información proporcionada para poder predecir estos fenómenos naturales sea estudiada y corroborada con los métodos de la ciencia.
“Entender la física de los sismos es lo que nosotros hacemos. No podemos pensar que cada vez que tiembla mi perro se mueve para un lado o para otro; tenemos que proporcionar información validada científicamente, porque a partir de ella el gobierno podrá decidir evacuar una ciudad o no hacerlo, por eso decimos que no podemos predecir sismos”.
Las predicciones
Cada año salen diversas predicciones alrededor de los sismos en las que se habla de fechas en las que temblará, la relación de éstos con épocas específicas como el fin de año o con acontecimientos religiosos.  Incluso, se han desatado rumores en redes sociales de predicciones de sismos en un momento y lugar determinado.
En México está temblando todo el tiempo; ocurren diversos sismos de baja magnitud y en promedio hay uno de magnitud mayor de 7.5 cada dos años y medio.
Es común que algunas personas puedan valerse de esta información para decir que predicen sismos, pues como todos los días hay varios y no son sentidos por la población, el hecho de que en algún momento ocurra alguno, puede ser mera coincidencia, pues hasta el momento no se ha podido predecir con exactitud la llegada de un sismo, explicó el investigador.
Los científicos estiman que cada dos años y medio ocurrirá un sismo mayor a magnitud 7 en México,  porque cuentan con un registro histórico de la ocurrencia de sismos.
Aunque Allen Husker aclaró que en algún momento hubo un lapso de 11 años en que no se presentó ningún temblor de gran magnitud. Sin embargo, siempre existe la amenaza de que se presenten.
Información verídica
Algunos datos que se retoman en México sobre sismos que no siempre son verdaderos. Uno de ellos se refiere a que la falla de San Andrés es parte de nuestro país; ésta se encuentra en California, Estados Unidos, y al momento en que entra a México cambia su estructura.
Asimismo, el investigador explicó que es común que en México se piense que los sismos son oscilatorios o trepidatorios. Es decir, que solo presentan un solo movimiento, cuando en realidad tienen los dos.
“Todos los sismos tienen ambos movimientos, depende más bien de donde uno está ubicado con respecto al sismo. En general, si uno está casi encima se siente el movimiento más arriba-abajo y si uno está muy lejos, siente que se mueve horizontal, pero presentan los dos movimientos”.
Aclaró que nunca un mito alrededor de los sismos se ha vuelto realidad. Lo que sí ha llegado a ocurrir es que en algún momento una predicción sea correcta, pero nunca más de una vez, por lo que recomienda identificar los sitios en donde se proporciona información verídica y corroborada sobre estos fenómenos naturales, como la que proporciona el Servicio Sismológico Nacional.




Construcciones a prueba de sismos en la Mesa Vibradora


La Mesa Vibradora evalúa la resistencia sísmica de modelos de viviendas, edificios, templos e infraestructura. Foto: Arturo Orta.
Existen países altamente sísmicos como Japón, Chile, Taiwán o México. En ellos, los movimientos telúricos en ocasiones causan graves estragos, incluyendo el aspecto emocional al que se enfrenta la población a causa de estos fenómenos.
Justamente  estas características han impulsado las investigaciones en torno a los sismos, desde el estudio de materiales, estructuras, equipos mecánicos, electrónicos o de comunicaciones, hasta la educación a la ciudadanía.
El Instituto de Ingeniería de la UNAM cuenta con el Laboratorio de la Mesa Vibradora cuyo sistema le permite simular movimientos sísmicos de distintas características, con el fin de conocer y analizar la capacidad sísmica que tienen las estructuras.
Ubicado junto al Jardín Botánico, el laboratorio entró en operaciones en 1997 y desde entonces ha funcionado de forma ininterrumpida. Fue donada a la UNAM por el Kajima Technical Research Institute de Japón en 1992, el cual sometió a licitación el equipo y escogió al Instituto de Ingeniería entre diversas universidades de todo el mundo.
El maestro Roberto Durán Hernández, responsable de esta unidad de investigación sísmica, señaló que por sus características la Mesa Vibradora no sólo es única en México sino en Latinoamérica.
Características que la hacen única
La Mesa Vibradora es una plataforma metálica de aluminio de 4x4 metros y cuyo peso es de 8.5 toneladas. Tiene ocho actuadores: cuatro horizontales con una capacidad de 10 toneladas cada uno y con un desplazamiento máximo de 15 cm en cada lado y cuatro verticales, con capacidad de 20 toneladas y con carrera máxima de 7.5 cm cada uno.
Los actuadores de la mesa vibradora, parecidos a los gatos hidráulicos que se utilizan en un coche, funcionan con fluido hidráulico. Todos están sujetos a la plataforma, de tal manera que cuando se introduce un comando de movimiento en la computadora se desplazan de acuerdo con el dato que se les indicó.
Las bombas del sistema de potencia dan la presión al flujo hidráulico que circula por las mangueras conectadas a los actuadores. Además tiene torres de enfriamiento que hacen que el aceite que está en constante movimiento y se está calentando tenga una temperatura adecuada, es decir, tiene que cumplir con cierta presión y temperatura para poder operar.
Algunas de las pruebas que pueden realizarse en la Mesa Vibradora son estudios de respuesta dinámica de elementos y sistemas estructurales, demostración de la validez de conceptos estructurales, desarrollo y validación de modelos analíticos, así como evaluación y validación del comportamiento de equipo mecánico, eléctrico, electrónico y de comunicaciones ante sismos.
Investigar para aminorar daños
El maestro Durán Hernández comentó que un sistema como el de la Mesa Vibradora sirve para no esperar a que la naturaleza nos diga en qué estamos fallando desde el punto de vista sísmico. “Los países que tienen sistemas de este tipo los requieren para hacer las investigaciones necesarias en sismos”.
Para realizar una simulación, es necesario escalar los modelos que se pretende ensayar (pues por el tamaño de la Mesa Vibradora no es posible hacerlos a escala natural), de manera que queden dentro de la plataforma. “Hay que cumplir con ciertas leyes de similitud, como se les llama, para tener la seguridad de que la respuesta del modelo que estoy ensayando va a ser representativa del prototipo que quiero investigar”, explicó el maestro Durán Hernández.
Cabe destacar que los ensayos que se realizan en la Mesa Vibradora son dinámicos y normalmente de corta duración, entre 30 y 40 segundos por movimiento. Además de que se colocan una serie de instrumentos en el modelo para monitorear su respuesta.
En el laboratorio se han realizado ensayos de construcciones típicas del estado de Guerrero, templos estilo colonial, mampostería típica de las construcciones multifamiliares, modelos de edificios prefabricados, componentes eléctricos, transformadores y columnas del segundo piso del Anillo Periférico, entre otros.
Las investigaciones realizadas en el Laboratorio de la Mesa Vibradora han rendido frutos. Por ejemplo, actualmente en los reglamentos de construcción del Distrito Federal, en sus Normas Técnicas Complementarias para Diseño y Construcción de Estructuras de Mampostería, hay modificaciones gracias a los resultados arrojados por los protocolos de investigación que en ella se realizan.
El maestro Durán señaló que en el Laboratorio se hacen investigaciones sobre el comportamiento y la respuesta tridimensional de los modelos. “Aquí lo que se pretende es ver si la respuesta del modelo cumple mi hipótesis de diseño. Cuando alguien viene a hacer un estudio, tiene la obligación de tener resultados previos para poder comprobar si el comportamiento de su modelo cumple con los requisitos sísmicos que se supone tiene que cumplir”.
Dijo que con las aportaciones obtenidas de los estudios realizados en este laboratorio se pretende hacer mejoras en la práctica constructiva para que las edificaciones sean más seguras, así sea una pequeña casa o un edificio, además de que si desafortunadamente sufren de algún daño debido a un sismo, se cuente con las técnicas de rehabilitación necesarias.
El ingeniero comentó que en el Laboratorio de la Mesa Vibradora se realizan ensayos para instituciones de la misma Universidad y algunas ajenas a esta, tales como CFE, el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (que es el enlace de la nucleoeléctrica Laguna Verde), entre otras.
“Estamos viviendo en una zona altamente sísmica y ni los sismos se van a terminar, ni nosotros nos vamos a ir de aquí. Entonces hay que hacer lo necesario para minimizar los daños y aminorar los problemas que pudieran ocurrir por un sismo. Ninguna estructura va a estar exenta de agrietamiento, pero el objetivo es que no sufra daños de consideración", concluyó.
http://ciencia.unam.mx/leer/258/Construcciones_a_prueba_de_sismos_en_la_Mesa_Vibradora



Sábado de gloria tuvo 2 sismos, al norte de BCS; fueron de 3.1 y 3.8 grados


La Paz, Baja California Sur (BCS). A lo largo de este sábado de gloria ─20 de abril─ se registraron 2 movimientos telúricos al norte de Baja California Sur, mismos que alcanzaron una magnitud de 3.1 y 3.8 en la escala de Richter, informó el Servicio Sismológico Nacional (SSN) a través de su reporte oficial.
Al respecto, el organismo detalló que el primero de ellos se originó al filo de las 3:05 horas, tiempo del centro, a 73 kilómetros (km) al norte de Santa Rosalía, en las coordenadas: latitud 27.98 °, longitud -112.09, a una profundidad de 20 km.
Una vez más, los sismos se originaron al norte de Santa Rosalía;  no se reportaron afectaciones mayores
Mientras tanto, alrededor de las 8:22 horas, tiempo local, se presentó un sismo de 3.8 grados a 65 km al noreste de Santa Rosalía . El epicentro se ubicó en las coordenadas: latitud 27.87°, longitud -111.98°, a una profundidad de 10 km.
La Subsecretaría de Protección Civil en Baja California Sur no emitió informes preliminares sobre afectaciones en zonas urbanas colindantes, por lo que se estima que ambos movimientos telúricos pasaron desapercibidos por la ciudadanía.
Cabe recordar que, el pasado jueves 19 de abril se presentó un sismo en la misma región, el cual alcanzó una magnitud de 4.0 grados y pasó sin causar daños en zonas cercanas al epicentro.




No hay comentarios.: